Sí, en el caso de las empresas, tendrán que pagar un 12% de impuesto sobre el monto bruto. Y en cuanto a los apostadores, la previsión es que se les cobre una vez al año y si el valor de los premios supera los R$ 2.112, que es el límite de la exención del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).